Últimamente he estado pensando en el modelo de negocio de las
DLCs, por los que las compañías prolongan la vigencia de sus juegos en el mercado y fomentan el interés del público aunque no hay que olvidar que también hay
DLCs gratuitos.
En reiteradas veces pagamos por productos incompletos y que las cosas ya no son como antaño, cuando las obras no necesitaban complementarse con contenido descargable. Pero; ¿merecen la pena los
DLCs o no? La respuesta depende de la cantidad y calidad del contenido que nos ofrecen los D
LCs, del precio de estas expansiones y de nuestra propia perspectiva.
Conforme vaya pasando el tiempo podremos apreciar el impacto de toda esta tendencia. Personalmente los
DLCs no me acaban convenciendo, nunca he gastado un céntimo por uno, quizás sea porque vivimos en una época económica difícil y no puedo estar gastándome más dinero en un producto que se supone debería estar terminado en el momento de la compra. Eso sin contar con que en muchas ocasiones el contenido que ofrecen por adquirir un
DLC de pago es muy escaso, lo cuál hace que gaste mi dinero en otro producto que merezca mucho más la pena.